El Joc de la Bolla necesita un impulso

Son muchas las partidas que se han realizado en el Jugadero de La Bolla, son decenas los jugadores que han pasado por él pero lo cierto es que el popular juego lluïsser se encuentra en un momento peligroso, ya antes de la pandemia había sufrido un importante bajón pero tras el Covid-19 este bajón se ha acentuado y actualmente es casi imposible escuchar el ruido de “ses bolles” en el único Jugadero que hay en la isla.
La pregunta del millón, ¿Cómo darle un nuevo impulso?, es positivo que salgan reportajes en los medios de comunicación, está muy bien enseñar el popular juego a distintos grupos de escolares pero no deja de ser una actividad que no tiene calado de cara a ganar adeptos, por lo que se necesita innovar.
Y digo yo, ¿Porqué no empezar por intentar que sea una actividad más en los colegios lluïssers?, se hacen actividades como futbol, baloncesto, voleibol… ¿Y porqué no La Bolla?, solo que consiguiéramos que se enganchara un solo niño por curso/clase en unos pocos años tendríamos una buena cantera de nuevos jugadores.
Esta opción debería ir acompañada por una “escuela” de “La Bolla”, en la que uno o dos días por semana el Jugadero esté abierto y con algún monitor que refuerce el aprendizaje de los jóvenes y no tan jóvenes que se quieran unir, “gent fa gent” dicen, y si hay actividad en el Jugadero será mucho menos complicado que aparezcan nuevos “valores” que sustituyan a los que ya no están, dejándonos un legado que debemos cuidar.
Y otra opción que se me antoja importante es que los que amamos este juego nos hagamos responsables de intentar levantarlo, inculcándolo a los jóvenes, llevemos a nuestros hijos, nietos, sobrinos y sus amigos al “Jugadero”, hagamos que conozcan de primera mano este juego y lo empiezen a querer como propio.
Que no sea por no intentarlo, el impulso es necesario si no queremos que “La Bolla” desaparezca definitivamente de nuestro pueblo.